¿Tu perro ataca a otros perros en la calle? Cuando mi perra África llegó a España mostraba miedo en su nuevo entorno urbano. Si veía a otros perros ladraba y se lanzaba hacia ellos. Si los otros perros se acercaban la respuesta de África se intensificaba. Otros perros también le ladraban y el paseo se convertía en una experiencia estresante. Quiero compartir contigo las 4 claves para tratar el problema de África.
Con África tuve que trabajar varios problemas de comportamiento cuando llegó a casa. Así que prioricé lo que era más urgente y empecé a trabajar estos problemas de uno en uno para conseguir su bienestar. Cuando la perra se adaptó a su nuevo entorno urbano, aprendió a hacer pis y caca en la calle, etc., después de unos meses, pasamos a trabajar su miedo a perros desconocidos. África ladraba tanto a hembras como a machos y sobre todo a los perros de tamaño grande o pelo oscuro. La postura del cuerpo era hacia delante, levantaba el rabo, subía las orejas, tiraba de la correa y a veces saltaba sobre las dos patas traseras. Si el otro perro le ladraba entonces ella reculaba y echaba el cuerpo hacia atrás. Es lo que en etología se llama ambivalencia. Suele ocurrir en perros que tienen miedo pero con el tiempo aprenden a defenderse y adoptan una postura corporal hacia delante. De manera que se pueden observar señales de miedo pero también de ataque.

África tenía miedo a los perros que no conocía. En Senegal los perros vivían prácticamente salvajes y algunos se agrupaban en manadas como los lobos. Algunas noches algún grupo de perros se acercaba a nuestra casa africana gruñendo y ladrando. África, su hermano Ker y su amigo Maffe respondían ladrando y corriendo detrás de ellos. Los encuentros siempre eran enfrentamientos con mucho ruido (gruñidos y ladridos) aunque no llegaban a morderse. Así que supongo que África en España podría pensar lo mismo con los perros que nos encontrábamos en el paseo y se defendía.
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Cuando África llegó a casa ladraba a perros que veíamos en la calle
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¿Por qué nuestros perros tienen miedo de otros perros que no conocen? Diversos estudios científicos han encontrado varias causas en este tipo de problema de comportamiento desde la genética (el miedo es uno de los caracteres que más se hereda de padres a hijos), falta de socialización con otros perros de cachorros, experiencia traumática (por ejemplo, un ataque de otro perro), y que el perro aprenda que con la agresividad evita contacto con el otro perro. Estas causas, junto a otras variables, determinan el pronóstico de cada caso. En la situación de África podría reunir todos estos factores y el pronóstico era reservado.
A nivel veterinario, África estaba bien así que el diagnóstico era únicamente de comportamiento. Según los criterios de diagnóstico el problema de comportamiento era agresividad por miedo hacia perros desconocidos. Los tratamientos de este tipo de problemas tienen diversas pautas pero quiero destacar 4 claves que han sido fundamentales en el caso de África:
1. Evitar problemas y prevención para que la agresividad no empeorase más. Cuantos más episodios de ladridos ocurrían más se cronificaba el problema de agresividad. De manera que los paseos fueron a horarios en los que había menos perros en la calle. Además caminábamos por zonas tranquilas. Si aun así nos encontrábamos con perros dejaba la máxima distancia posible y nos marchábamos.
En el parque escuché a unas personas comentar que soltar a los perros es bueno porque solucionan la agresividad entre ellos, ¿una pauta puede servir para todos los perros? Recientes estudios científicos han encontrado que esa estrategia en ciertos casos empeora el problema de agresividad porque la violencia genera más violencia. Además en este caso había un riesgo elevado de que África se pelease con otros perros porque ella estaba avisando con sus gruñidos, ladridos y movimientos corporales. De manera que si la hubiese soltado con otros perros sé que se hubiese peleado y habría empeorado más el problema.
2. No utilizar castigo. Si tu perro se lanza a otro perro y tú le chillas, le das tirones con la correa, le das un toque con la mano/pie, le pegas, le das descargas eléctricas, etc. añades más connotaciones negativas a un contexto que a tu perro ya le resulta negativo de por sí, es decir, empeora la agresividad. Tal vez en un primer momento, tu perro podría parar la agresividad porque no quiera problemas contigo o se quede inhibido y dar una falsa apariencia de que el problema está arreglado. Las técnicas aversivas son peligrosas, por un lado, porque el perro puede pasar un límite y la agresividad contenida dirigirse hacia ti o alguien que pase. De manera que el castigo es peligroso, además de no ser ético. El castigo está especialmente contraindicado en perros con miedo. Hay otras muchas estrategias eficaces y éticas como han demostrado diversas investigaciones científicas.
3. Realizar el tratamiento progresivamente. No tuve prisa en el tratamiento de África porque conozco que es un proceso que requiere tiempo, el que necesite cada perro. Y para ello es importante observar al animal y entender el lenguaje canino.
Si tu perro se pelea con otros perros y empiezas el tratamiento directamente en la calle delante de otros cánidos es muy difícil que el perro aprenda en ese contexto, genere frustración y se agrave el problema. Con África empecé a trabajar en casa, después en una zona tranquila de la calle, más tarde con perros a mucha distancia y finalmente menos distancia según la perra estaba preparada.
4. Cambiar la percepción de nuestro perro. Mi objetivo con los ejercicios fue que África estuviese tranquila y confiada para cambiar su percepción de peligro por el de “muchos perros desconocidos no te van a hacer nada malo”. Para ello trabajé poco a poco ejercicios sencillos que fortalecen el vínculo entre África y yo con juego y premios (correa, foco, ven, etc.). Después empezamos la terapia, la perra comenzó a ver algún perro muy lejos y mantenía la calma, gracias a las herramientas aprendidas, lo que iba premiando ¡Gran prueba superada! Con el tiempo fuimos buscando más perros y la perra seguía tranquila. Después pasamos a la fase de perros más cerca y seguía premiando. África pudo ver que otros perros no iban a atacarla, incluso algunos querían jugar con ella. África fue superando el miedo y el paseo cada vez era más agradable.
Incluso, un día, nos encontramos con una cocker dorada en el parque. África la veía y respondía bien, estaba tranquila. Nos acercamos y seguía tranquila. África mostraba curiosidad e incluso llegó a oler a la otra perra. De manera que ¡se produjo el contacto de forma positiva! África olfateaba, esperaba, olfateaba, la cocker quería jugar y África mostró la posición de juego y ¡jugaron!
A lo largo del tiempo esto fue sucediendo con otros perros e incluso África ha llegado a hacer un grupo de amigos con los que juega cada día en el parque. Incluso tiene un noviete, un border collie muy guapo, al único que aúlla de alegría.
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Después de trabajar con técnicas en positivo hemos conseguido paseos muy agradables
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Sé que hay otras técnicas en las que solo hay que premiar a nuestro perro cuando ve al perro desconocido pero yo prefiero dar antes a nuestro perro herramientas con las que gestionar la situación problema y cambiar la percepción del conflicto. Mi objetivo era tener un paseo tranquilo y disfrutar junto a África pero que la perra tuviese su grupo de amigos caninos fue un regalo inesperado. De manera, que en unos meses, los paseos se transformaron en una experiencia muy agradable. En los paseos de socialización Afri juega con sus amigos. Todavía, si ve algún perro con alguna característica que le de miedo se pone en alerta pero no tiene nada que ver con los inicios y lo podemos gestionar de forma adecuada. Definitivamente se consigue mucho más y mejor por las buenas que por las malas, además fortalece el vínculo entre la familia y el animal. Todavía me sorprende lo que se consigue con premios con nuestros compañeros peludos, ¡el poder de los premios! Recuerda la importancia de contar con un buen profesional que conozca vuestras características específicas para poder proporcionarte unas pautas personalizadas y acompañarte durante el proceso. ¡Anímate a probar la eficacia de las técnicas positivas y los premios!
Referencias
– Amat M, Camps T, Le Brench S, Tejedor S. 2016. Manual práctico de etología clínica en el perro. Ed Multimédica, Barcelona, España.
– Eaton B. 2005. Dominancia, ¿realidad o ficción?. KNS Ediciones S.C. Santiago de Compostela, España.
-Haugh L. 2008. Canine Aggression Toward Unfamiliar People and Dogs. Vet Clin Small Anim, 38: 1023-1041. doi: 10.1016/j.cvsm.2008.04.005
– Hernández P. 2012. Manual de etología canina. Gráficas Lizarra, S.L. España.
– Manteca X. 2003. Etología clínica del perro y del gato. Ed Multimédica, Barcelona, España.
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