África, Sumi y Mónica
En mi blog te explico cómo conseguir una convivencia agradable con tu animal con claves fáciles para tú día a día
Mónica Arias Brocal
Formación y experiencia profesional
- Licenciada en Psicología. Universidad Complutense Madrid. 2004.
- Máster Etología Clínica. Universidad Autónoma Barcelona. 2005.
- Grado Doctor. Tesis: Conservation of Pan troglodytes verus in West Africa: Local Perceptions and Physiological and Behavioural Responses of Chimpanzees in the Wild. Universidad Autónoma Barcelona. 2018.
- Más de 10 años de experiencia laboral en etología clínica y educación canina en Madrid.
- Docente en el máster de Etología de Pequeños Animales. Universidad Autónoma Barcelona.
- Diversas conferencias en congresos científicos nacionales e internacionales.
- Artículos escritos en varias revistas científicas y divulgativas.
- Diferentes tipos de cursos para clientes y profesionales.
Historia personal
Momento clave
Uno de los momentos claves en mi vida fue elegir el máster de especialización al acabar la licenciatura de psicología. Buscaba una psicología para perros y gatos parecida a la de los humanos. Gracias a la veterinaria de mi perra, de toda la vida, quien me explicó que lo que buscaba existía y me aconsejó la Universidad Autónoma de Barcelona, referente internacional en este campo. El máster se llama Etología Clínica. Tuve la suerte de ser de los escasos 20 elegidos de la segunda pronoción. Así que estuve medio año compatibilizando mi trabajo en un gabinete psicológico en Madrid con las clases en Barcelona. Estaba entusiasmada al descubrir que lo que había estudiado en psicología clínica humana era muy parecido para perros y gatos (principios de aprendizaje, psicofarmacología, técnicas de modificación de conducta…). Era lo que siempre había querido. De manera que a los 6 meses de curso decidí mudarme a Barcelona para poder aprovechar al máximo el máster. Comprobé que las técnicas funcionaban y ayudaban a muchos animales y a sus familias a resolver los conflictos (agresividad, fobias, ansiedad, etc.).
Antes
Cuando era una niña trajeron una perrita adoptada a casa, Linda. Nos hicimos entrañables compañeras. Cuando Linda se hizo adulta empezó a presentar problemas con otros perros en la calle y, en ciertos momentos, también hacia algún miembro de la familia. Mi padre pensó en deshacerse de la perra pero para mí aquella idea era inconcebible. Así que decidí manifestarme en contra con una inocente escapada de casa, al parque durante una tarde. Al regresar a casa me preguntaron dónde había estado tanto tiempo pero no dijeron más. Lo que sí sucedió fue ver envejecer a Linda y acompañarla hasta su último día de vida en casa. Si entonces hubiese conocido las herramientas de etología actuales las cosas hubiesen sido mucho más fáciles con Linda.
Después
Al acabar el máster tuve la oportunidad de trabajar en Madrid con Etología Veterinaria. Esta colaboración con Pablo y Silvia cuenta ya con 10 años. Asimismo con la Clínica Veterinaria Timanfaya donde Felipe había hecho la primera promoción de máster y me explicó cómo poder compatibilizar las clases de máster con el trabajo en Madrid. Felipe es un gran profesional y gran persona; poder compartir profesión con él es un regalo.
Los primeros años experimenté sobre todo con mis compañeros peludos de casa (perra y gatos) y pude comprobar que ganamos bienestar gracias a todo lo que había aprendido. Durante este tiempo he tenido el privilegio de explicar y poner en práctica los conocimientos de la etología para ayudar a los animales y sus familias a gestionar problemas de comportamiento para conseguir una convivencia agradable con sus compañeros peludos.
Un paréntesis
Después del máster de etología clínica quise seguir aprendiendo sobre los animales y me animé a empezar un doctorado sobre comportamiento de animales salvajes. La primera parte del doctorado lo hice sobre el lobo ibérico. La segunda mitad del doctorado fue sobre comportamiento de chimpancés en libertad en una reserva en Senegal. Me fui 2 años a África pero seguí en contacto con la etología canina porque en el poblado donde viví también había perros, aunque en la calle. Un día, una compañera encontró dos cachorros que les estaban pegando. No encontramos a su madre. Los perros en aquella zona no tienen familias humanas normalmente y se buscan la vida para alimentarse. Se suelen agrupar con otros perros. De manera que la situación era complicada para estos cachorros allí y buscamos ayuda. Gracias a la ayuda de la compañera Bárbara que encontró la milagrosa ONG Animal Rescue League Dakar y su directora Vicky, pudimos llevar a los perros a la capital senegalesa donde les esperaban casas de acogida mientras les preparaban para llevarles a España. Gracias a la ayuda de muchas personas fue posible que uno de los cachorros ahora viva conmigo, se llama África. Gracias a la etología clínica y la gran colaboración de la perra se ha podido adaptar a un entorno urbano tan diferente al que conocía ella. Empezamos trabajando la convivencia con los gatos de casa. A la vez estaba en período de adaptación a un entorno urbano, con tráfico, espejos, correa… Después trabajamos con otros perros desconocidos y cambiar la percepción de amenaza a amistades. Mientras África endulza mí día a día, he podido regresar al trabajo de etología y educación en Madrid.
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