¡¡Miau, miau, miau!! ¿Qué puedes hacer cuando tu gato no para de maullar?

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Miau, miau, miau, miau!!! ¿Te suena? ¿Tu gato no para de maullar? Entonces lo que sigue puede ayudaros.

Los maullidos excesivos es uno de los problemas de comportamiento más frecuentes en gatos. Juana es la gata más habladora que conozco. Si suena el teléfono, video llamadas, si hablo… ella parece que quiere participar y hablar también.

¿Por qué maúlla tanto? ¿Por estrés, por estar en celo, por ser mayor? En el caso de Juana, por un lado, creo que al igual que hay personas que hablan más que otras, Juana es muy habladora. Puedes leer la historia de Juana aquí. Por otro lado, el problema viene el día que observo que lo hace para pedir comida.

Al mudarnos de casa, Juana ha aprendido una rutina nueva. La comida húmeda se la pongo en un cuenco de la vajilla en el salón. Cada vez que yo hacía el recorrido hacia el salón empezó a maullar para pedirme comida, aunque no fuera la hora de la comida. En cuanto observé que cada vez que iba al salón maullaba siempre y de forma cada vez más exagerada me di cuenta que había que gestionarlo para que no tuviéramos un problema. Y más estando en edad geriátrica. Los maullidos estaban aumentando, a veces muy alto e incluso prolongados. Toda una cantante de ópera.

¿Cuál era el otro peligro? Se trataba de una situación que se podía cronificar porque no siempre que iba al salón había comida húmeda para Juana. Pero a veces sí. Es lo que se llama el refuerzo intermitente y lo que hace es mantener dicha conducta, en este caso maullar. Cuanto más se cronifica una conducta después es más difícil de gestionar. De manera que me puse manos a la obra.

Por un lado, quería que Juana mantuviera su personalidad habladora. Así que solo trabajé la parte de maullidos para pedir comida.

Las claves para gestionar los maullidos excesivos de Juana fueron:

  1. No regañar, no castigar. En gatos es especialmente importante porque puede generar miedo e incluso derivar en ataques a la familia.
  2. Cada vez que iba al salón no iba a haber NUNCA comida húmeda. Era la forma de extinguir la conducta de demanda de atención a través de maullidos excesivos.
  3. Dejé preparados los sobres de comida húmeda al lado del cuenco de Juana. Cuando la gata estaba tranquila y yo estaba en el salón era cuando le ponía la comida húmeda. Así evitaba la asociación de ir al salón con darle de comer. Además premiaba la conducta tranquila de no maullar.

A modo de nota, aclarar que a parte de la comida húmeda, Juana tiene su comida todo el día puesta ya que los gatos necesitan comer muchas veces al día, pequeñas cantidades.

Así que si tu gato te está maullando en exceso para pedirte comida, atención, juego… ponte manos a la obra lo antes posible porque las demandas de atención está infravaloradas. Son de los comportamientos más complicados de gestionar con el tiempo. De hecho hay familias que lo pasan muy mal porque los animales también aprenden cuándo la familia no se puede permitir ignorar al animal a horas complicadas como, por ejemplo, un gato maullando de madrugada.

Como siempre, si necesitas ayuda en realizar esta gestión con tu gato estaré encantada de ayudarte. Escríbeme.

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